lunes, 28 de enero de 2013

LA RIADA QUE HA DE VENIR

Furtivamente te veo
como el agua de verde laguna
que devuelve mi propio reflejo;
distinta, inmensa y profunda.

Por un instante me miras
sin reparar en mis miedos
ajena a mis pesadillas;
temores que paran el tiempo.

Temo tu adolescencia
como a una tormenta que anuncia el cielo
de rayos, centellas y truenos
de fulgurante estrépito; vendaval fiero.

Abstraída en tu infancia, vas desvistiendo
de claves y secretos tu vida entera
sin sospechar siquiera, ni previendo
lo cerca que se halla tu primavera.

Desbordada a veces de melancolía
el tiempo detener quisiera
y en mis brazos mecerte todavía
como cuando eras pequeña.

Mas sé que no lo mereces,
ni tan siquiera es buena idea.
La inocencia ha de ceder,
pues el resto de la vida espera.

Temo que tu lucha interna nos traicione
y aún así confío en ti;
siempre estaré ahí, como el cauce seco
espera la riada que ha de venir.
 

Para Ángela, hoy aún mi niña, mañana mujer completa….. unas estaciones antes a su primavera.

martes, 22 de enero de 2013

LA ESPERADA LLUVIA

Florecieron mis párpados a la luz del albor,
alentados por la aclamación de la lluvia
golpeando mi ventana con dicha y rabia,
persistente, provocando un eco de tambor.

Movida por el aplauso de ritmo pendular,
descendí de mi sueño igual que una diva,
de entusiasmo y algaraza explosiva,
danzando como un indio en baile circular.

Incesantes y raudas gotas de lluvia fina
rodaban por mi rostro combinando lágrimas
que brotaban para ofrendar a las ánimas
por deshacer nubes en anhelada llovizna.



Surgió de un mayo reseco de 2012.

jueves, 17 de enero de 2013

MANOS Y DEDOS DE SUS AÑOS CUENTO o CUENTO DE AÑOS, MANOS Y DEDOS

ATOCHA SE QUEDA SOLA


Amaneciste temprano para partir en un tren que no pasaría por Atocha, el tren que aún yo no tomaría.
Tu recuerdo me lleva hasta una luna cansada en lo alto del cielo, a punto de sucumbir a la luz de la mañana, testigo c
allado del nacimiento de una amistad a los pies del Ministerio de Agricultura, esperando a medias que nos condujeran a una jornada de más de ocho horas. Llenábamos el trayecto con silencios compartidos, con conversaciones de amigos, con libros bajo el brazo.
A veces conversábamos, a veces dormitábamos, otras tan sólo callábamos.
Nos descubrimos despacio, nos confesábamos nuestros sueños, alardeábamos en alcanzarlos. Te dije: "Yo lo haré primero" y tú continuaste intentándolo.
Sé que aún todo está a medias, te han obligado a abandonar demasiado temprano y yo aún sigo luchando.
Cuando te pienso la nostalgia se me apodera, he de arrancar el cable que me conecta a la tristeza. Pero me he quedado con el estrépito de tu risa, tu devoción por Maruja Torres, el borbotón de emociones de "Diarios de Motocicleta", la melodía de "El Piano", tu imagen sentado en un vagón de Cercanías, con la luna naciendo por la ventanilla y tus ojos paseando por unos renglones de tinta.
Ya no te busco en el andén, no te volveré a ver paseando por Aranjuez. Un bucle confuso del mar de Denia se preguntará dónde estás. Aquellos libros olvidados empiezan a echar de menos tus manos y la poesía vende su rima para cambiarla por un último trayecto contigo sobre las vías. Atocha se queda sola y llora la ausencia de un viajero más.
Manolo, amigo, donde estés lleva paz.

PESADILLA O SUEÑO

domingo, 13 de enero de 2013

EL TELÓN

Así fue, en una conversación con mi buen amigo Llorenç Serrahima, como nos sumergimos en una burbuja más de las muchas que pueblan este papel. Una burbuja cubierta por un telón que decidimos abrir y de la que surgió la función titulada:

EL TELÓN

Imaginaba él:    ….., dijo él, mientras los zapatos de charol de ella centelleaban de alegría por la atención que les prestaban los focos. El telón, celoso, estaba pendiente del final de la escena para caer sobre ellos y recibir los primeros aplausos, aunque no se los mereciese.
Y le seguí yo:      So envidioso!!!- dijeron los zapatos aún refulgiendo.
Y él:       Él vio el brillo malévolo de un fleco del telón, pero aguantó estoico en su lugar, sin dejar que la tensión de la escena decayese ni un ápice. Los ojos de ella brillaban de alegría, sabía que aquella segunda representación iba a ser un éxito, a pesar de la maldición típica...
Y yo:      Y sumergidos en el diálogo no hubo fleco, ni telón, ni maldición que rompieran el hilo mágico que crearon con sus voces y se enredaba en el cabello del entregado público.
Y él:       La segunda representación siempre es la maldita, pero ellos la habían superado. Dijo su última frase, levantó la vista y sonrió triunfal al cielo, esperando el aluvión de aplausos que se acercaba solo para ellos dos. Ni siquiera el telón osó moverse un ápice ante aquel final magnífico. - Señora, ha sido un placer compartir con usted esta escena.
Y yo:      - Bravo!!! El placer ha sido mío, caballero- dijo ella con una chispa de emoción asomando a su mirada.
Y él:       Mientras los aplausos empiezan a recorrer todos los rincones del teatro, él toma la mano de ella en un gesto a la vez respetuoso y decidido, hasta depositar un beso perfecto sobre los dedos de ella, en señal a la vez de admiración y de agradecimiento.
Y yo:      Justo en el momento es que ella adivina su sueño cumplido, y juguetona su estrella aprovecha los ojos del caballero para mandarle un guiño certero.
Y él:       - Volviendo un poco atrás, no me extraña que te guste la definición de poeta en prosa: a ti también te sienta muy bien.
Y yo:      - Solo me sale cuando voy de tu mano. Sois un buen guía señor!! Lástima que empezásemos la función acabada ya.
Y él:       - La función ha acabado, pero me dejo guiar por tu estrella juguetona para seguir tu mirada de miel tostada entre bambalinas. No sé si soy guía o ciego, el telón solamente nos separa del público, no nos deja sin función. Volveremos a salir a saludar en unos instantes, volveremos a compartir aplausos y empezaremos a pensar en la próxima representación, que no tardará en llegar.
Y yo:      Miel u oliva; es la luz a su antojo la que dicta en mi mirada si de abejas se engalana o de oliva verde su color emana...
Y él:       De la penumbra del escenario viene el regidor a felicitarnos. Me tiembla la mano que hizo de pedestal a la tuya. Chispea tu estrella juguetona sin acabarse de decidir a soltar una lágrima de emoción que se asoma al balcón de tu mirada, para participar del éxito. Siguen revoltosos los aplausos, caracoleando por todos los rincones hasta envolvernos. Y saludamos de nuevo.
Y yo:      Y quién sabe si nos sabemos veedores de todo y entendedores de nada, si la vida es farsa y si la farsa no engaña, ¿pues no es vida lo que sucede en lo alto del escenario, telón arriba, cuando el teatro nos posee y nos traspasa??. Y en la espuma de ese aplauso, en la emoción que te eleva, la lagrima va y cae quedando huérfana….
Y él:       ... ofreciendo un último reflejo antes de quedar en nada, un reflejo de azul de mar por el que naveguen los sueños, una chispa de tierra tostada para hacer de ribera y de llegada….
Y yo:      … y los labios han de ser su muralla donde quede para siempre destello, salitre y agua...
Y él:       - ¿Y aún se pregunta la gente si el mundo de la farándula es real o es una farsa? Es imaginación inmensa que cabe en una lágrima, eterna porque con su brillo nos hemos llegado al alma.
Y yo:      - Y enredarse en este embrujo que te cautiva entero y te hace trabajar el seso, es quemado eso que huelo???? Déjales, pobres mortales, que este lujo es tuyo y mío y esta farsa tan mentirosa emociona en esta prosa.....
Y él:       - No señora, es mi doble. Que me acusa de haber perdido el tiempo escribiendo cuentos. Está que trina, le sale humo. Pero me río de él, que el aburrimiento siempre me espera, pero los momentos mágicos hay que cazarlos al vuelo, que no siempre puede uno compartir un sueño despierto con una poetisa en prosa que sonríe en el etéreo.
Y yo:      - Así es que andaba yo, trapo en mano, para quitar los velos que el viento deja... cuando de un salto y de tu mano, voy y me subo a un escenario. Yo que no me había ni preparado las pestañas, es seguro que este velo se quedará hasta mañana.
Y él:       - Y luego vendrán más, y leerán lo que les habremos dejado. Tendrán un poco de envidia, confesarán su admiración (porque seguro que les habrá admirado esta improvisación).
Y yo:      - Me ha gustado eso de sonreír en el etéreo.... que no es más etéreo porque es cierto, una sonrisa de oreja a oreja había nacido sin yo darme ni cuenta y ahora que lo has mencionado soy consciente de la felicidad que este rato me ha dejado.
Y él:       - Si vos con un trapo hacéis una vela y navegáis hacia la felicidad y la sonrisa, cómo no os iba a seguir yo, guiado por la estrella de vuestros ojos y disfrutando sin prisa de una historia tan placentera.
Y yo:      -¿Es verdad este siglo nuestro, o nos metimos de lleno en el de Calixto y Melibea?? Pero hay una cosa con la que me quedo, que cada vez que coja un trapo no sentiré desconsuelo y, aunque un poco cenicienta es posible que me sienta, henchiré ese trapo al viento y viajaré por la imaginación solo regresando a puerto cuando haya quitado el velo.
Y él:       - Que siga ondeando, señora, la blancura de vuestra vela. Que cada vez que la vea al otear el horizonte recordaré vuestra sonrisa, este escenario en que triunfé a vuestro lado sin estarlo, este público entregado que no existió y el reflejo de una lágrima que jamás llegó al suelo para que pudiéramos seguir soñando.
Y yo:      - Te lo diré con acento de mi pueblo: “egque esto no se pué aguantar”. Y voy a ver si me despierto, que con tanta ensoñación, se me hace tarde, te entretengo y no limpio el salón. Gracias Llorenç, me lo he pasado pipa.
Y él:       - Ha sido un placer, querida cómplice. Yo también me voy al ensayo, que al final aún llegaré tarde de verdad.
Y yo:      - Suerte maestro!!!!!
Y él:       - ¿Sabes? Me ha encantado. Gracias por compartirlo conmigo. Beso.
(Se cierra el guión de diálogo)

Os lo he contado tal cual fue. Cómo la imaginación voló, se enredó y creó esta miscelánea perfecta, esta conexión etérea, que disparó las burbujas de fantasía envolviéndonos en el esponjoso mundo de los sueños.


Nota: Gracias Llorenç, por dejar que publique en mi blog este telón que es tan tuyo como mío, que es de los dos.

viernes, 11 de enero de 2013

PECIO


Septiembre y tras luminoso amanecer, abordaron el navío que zarpaba, arriba telas, y les invitaba a vivir aventuras y desventuras.

Grumetes de alma pura, blanca, mesnada ansiosa, que sospechaban apenas se convertirían durante tres largos años en avezados marinos, de tez curtida al sol, avanzando por mares desconocidos, de anchos horizontes.

Allí empezaron a tejer la tupida red del conocimiento, atando cabos, manejando palos, llegando a confines desconocidos, empujados por propicios vientos.

Ahora vuelven a puerto, a buen puerto, atesorados de experiencias vividas de la mano de venturoso patrón, que tatuó en sus vidas señales que solo ellos entenderán.

He buceado en el corazón un marino y he avistado el maravilloso pecio que indeleble permanecerá como vestigio de la más maravillosa travesía, su etapa infantil.


Dedicado a Inés, profesora de Ángela en su etapa infantil (2005-2008), que capitaneó el aula de "Los Vikingos". Por su cariño y dedicación, su dulzura, paciencia y amor al impartir las clases "jugando".

miércoles, 9 de enero de 2013

PRIMER AMOR

Las tardes eran espesas.
Las bebíamos en vasos
llenos de felicidad,
con ansia adolescente,
aun sin tacto en el paladar.
De la mano corríamos
más rápidos que el tiempo.
Juntos descubrimos
el color de las flores.
Adivinábamos en las nubes
cientos de castillos y dragones.
Construimos de lego y sueños
un futuro nuevo.
Descubrimos el rostro
reflejado en las pupilas.
Despertamos centímetros de piel
que aun no habían nacido,
cuando las células aun no morían,
si acaso alguna por amor en el corazón.
Lo nuestro era distinto.
Y si ahora paro un momento
y navego en tu mirada
sigo encontrando mi rostro
y la tarde vuela rauda.
Doy un sorbo a ese vaso
saboreando sin prisas,
la felicidad
y su dulzor voy descifrando.
De la mano pasa el tiempo a nuestro lado,
pintamos las flores del color escogido,
guiñamos un ojo
al dragón de la nube del castillo.
Paseamos tranquilos por un presente
adoquinado en sueños.
Jugamos a esconder secretos
en la piel del contrario.
Y en la sonrisa, dibujado,
el rastro de millones
de células suicidas.
Danza y sigue danzando
la llama del primer amor conservado.

Para el mío, que aún conservo como el primer día de enero del 89.